Nos quieren cada vez más aislados. Separados los unos de las otras. Envueltos en plástico. Embalsamados en químicos. Y con bozal. Definitivamente desconectadas. Aun así… yo elijo los abrazos, las sonrisas, las miradas a los ojos y el contacto de la tierra bajo mis pies… Cada vez que practicas el earthing, caminando descalza, acariciando un árbol o tumbándote sobre la hierba, estás recuperando parte del equilibrio perdido, al permitir que la energía de la Tierra fluya dentro de ti, sincronizando tus ritmos con los ritmos naturales, volviéndote una con los ciclos de nacimiento, vida, muerte y renacimiento. Entonces tomas conciencia de tu verdadero poder y comprendes que la vida es este momento, este instante sagrado. Y que únicamente depende de ti. Entonces… haz algo digno con ella!