Solemos pensar que nuestro “despertar” es algo así como un “click” en nuestro interior, como si alguien le diera a un interruptor y entonces, por arte de magia, se hiciera la Luz. Sin embargo, lo cierto es que se trata de un proceso bastante más tortuoso y complicado, lleno de cuestas empinadas, curvas, idas y venidas… un día sí es así y lo ves todo claro, cristalino y al siguiente te mueves en un mar de dudas. Porque la vida no deja de tentarte. Porque convivimos con “ángeles” y “demonios”. Y las tentaciones nos persiguen, nos atormentan, nos ponen a prueba… Y es tan fácil caer, aceptar el soborno, volver atrás, a la seguridad de lo conocido. Si no fuera porque ya lo hemos hecho otras veces, ya nos hemos dejado corromper y conocemos bien lo pasajero de esa falsa ilusión que luego nos obliga a redoblar el esfuerzo para encontrar de nuevo nuestro camino, porque nos hemos alejado, porque quizás ya no tengamos los mismos compañeros de viaje… Si estás ahí no te desanimes, solo necesitabas aprender la lección. Pero si has sido fuerte, si te has mantenido fiel a ti mismo, como un auténtico guerrero o guerrera espiritual y aun así te sientes rodeada de oscuridad, sólo puede significar una cosa. Te has convertido en semilla. Y estás a punto de florecer.

Dedicado con cariño a todas las hermosas mujeres y hombres que han llegado a mi vida a través del Tarot, por sus enormes lecciones de vida. Y especialmente a MM, maravillosa “mujer semilla”.