Buenos días amores! ☀️ Hoy me siento inspirada a compartir alguna cosa un poquito más personal sobre mí. ¿Sabéis que los viernes me levanto absolutamente radiante porque comienzo el día rompiendo un ayuno que realizo desde la tarde-noche del miércoles? Y ese primer café -que acabo de tomarme- mientras reviso el móvil y me pongo al día de los mensajes pendientes me parece un momento absolutamente mágico. Sobre todo, porque al hacerlo soy consciente de que sólo tengo cosas bonitas para leer y gente bonita a mi alrededor. Y esto no es fruto de la casualidad, es fruto de un camino en el que has aprendido a elegir con el corazón, te has situado a ti misma en primer lugar y, sin darle cuartel al miedo, te has puesto manos a la obra para sacar de tu vida todo aquello que no te hace feliz. Y en ese camino dejamos atrás relaciones, trabajos, personas y lugares que han dejado el vacío que necesitabas para construir lo que tienes ahora. Porque cuando te amas de verdad, sabes que sólo te mereces lo mejor y entonces sólo permites que lo mejor llegue a tu vida. Podría decir que me siento afortunada por todo lo que la vida me ofrece. Pero no, diré que me siento afortunada por haber tenido la valentía de construir la vida que me merezco. Y eso es exactamente lo mismo que te mereces tú que me estás leyendo. Y no tienes por qué conformarte con menos. Pero si lo haces, es tu elección. Hazte responsable de ella. Nadie tiene poder sobre tu vida salvo que tú se lo permitas. Yo no lo hago… Ya no.