Hoy celebramos la festividad de Mabón y el equinoccio de otoño. El Sol entra en el signo de Libra y el día y la noche igualan su duración. Celebramos la abundancia y el equilibrio. Celebramos la abundancia de la Madre Tierra, de la Diosa, del principio femenino que nos alimenta y la energía del Sol, el principio masculino de la divinidad. Las fuerzas masculinas y femeninas están igualadas. Gracias a este equilibrio obtenemos nuestros alimentos, siendo Mabón la segunda de las festividades dedicadas a las cosechas, después de Lughnasadh y antes de Shamain.

Es el momento de la recogida de la fruta de invierno, como la uva. Al igual que las hojas de los árboles se caen, la Madre Naturaleza nos invita a desprendernos de lo innecesario para continuar nuestro viaje interior más profundo, dejando atrás lo superfluo. Es el momento de morir para renacer de nuevo, entramos en la mitad oscura de la Rueda del Año y avanzamos hacia las sombras introduciéndonos en el caldero oscuro de diosas como Morrigan o Kerridwen. Es el momento de los trabajos interiores que tienen que ver con las profundidades de nuestro espíritu. Debemos descansar, reflexionar sobre la cosecha recibida y prepararnos para el frío invierno buscando el equilibrio a través de la meditación que nos prepara para recibir el cambio que está por llegar. Es un tiempo propicio para dar largos paseos por la Naturaleza, admirando su belleza otoñal, cocinar mermeladas de moras y frutos del bosque, hacer bizcocho de calabaza, poner una copa de vino o de sidra en nuestra mesa, adornada para celebrar con gratitud todo lo recibido, y beberla en honor de la Diosa Madre que nos provee infinitamente. Es buen momento para limpiar, ordenar y sacar de nuestra casa todo lo que ya no necesitamos, al igual que nosotr@s, nuestra casa debe prepararse para recibir el frío del invierno, dejando sitio para lo nuevo que está por llegar. Y también es un momento excelente para honrar a nuestros antepasados, dedicar tiempo a visitar personas ancianas o aquellas otras a las que no vemos frecuentemente. Podemos vestirnos o vestir nuestro hogar con los colores rojos, anaranjados, ocres o dorados propios de esta época, introducir en nuestro altar nueces, calabazas, canela,… encender velas para iluminar nuestra casa mientras esperamos la inevitable ruptura de este equilibrio a favor de la oscuridad del frío invierno. Disfrutemos cada una de las horas y los días de este bellísimo momento, con Amor y Gratitud.
Ana Belén
(Kirtan Nishan Kaur)