No sólo los acontecimientos negativos que ocurren en nuestra vida nos desbordan, a veces la excitación producida por un suceso que deseamos, como el inicio de una nueva relación, un nuevo reto profesional o el hecho de mudarnos a la casa de nuestros sueños pone a prueba nuestra capacidad para permanecer centradas/os, serena/os, enraizadas/os… la mente asume el control y todo se vuelve aire, los pensamientos se suceden de forma incesante, los impulsos se convierten en decisiones e, invariablemente, en poco tiempo somos conscientes de que todo lo que sube baja de nuevo. Por eso, el reto se encuentra en manejar con consciencia estas situaciones de cambios, permaneciendo firmemente enraizadas/os, unos minutos de conexión al día son suficientes, unos minutos de silencio bastan para conectarnos con nuestra verdadera esencia y tomar distancia, permitiéndonos descubrir que, en realidad, nada es tan importante, todo llega y todo pasa, dejándonos una lección aprendida o una lección por aprender. Sólo depende de nosotras/os.