Durante el proceso de construcción de esta página web he tenido la oportunidad de conocer distintas páginas especializadas en el mundo del yoga, así como distintas publicaciones en redes sociales que intentan publicitar salas y centros de yoga, y he podido observar como en muchas de ellas se utiliza como reclamo publicitario imágenes del cuerpo femenino: chicas jóvenes, delgadas y bonitas construyendo asanas o posturas de yoga. Me pregunto si estas imágenes cumplen su finalidad de atraer hacia el mundo del yoga a las personas –seguramente mayoría- que no se identifican con los cánones de belleza al uso. Más bien intuyo que, lejos de esto, actúan en el sentido opuesto, alejando a quienes sienten que sus cuerpos no encajan con este ideal de delgadez, juventud y belleza impuesto y contribuyendo a perpetuar situaciones de incomodidad con el propio cuerpo, situación que se me antoja especialmente paradógica en un mundo alejado, en teoría, de la superficialidad y el mercantilismo.

trece-lunas-asturias-mieres-yogaCualquiera que haya estado alguna vez sobre una esterilla de yoga es consciente de que estas imágenes filtran otra realidad mucho más rica, y no reflejan en absoluto la diversidad de edades, sexos y cuerpos que comparten espacio en una clase de yoga. Claro que el cuidado de nuestro cuerpo físico es importante, al fin y al cabo es nuestro templo y, por tanto, algo sagrado. Creo que merece la pena pararse a reflexionar sobre ello para comenzar a actuar de forma socialmente responsable respecto a las imágenes que utilizamos, ya que estas no son algo neutro y cuando elegimos unas y no otras estamos enviando un mensaje nítido sobre lo que es valorado y aceptado socialmente y lo que no; estamos siendo partícipes, quizás de forma inconsciente, de una realidad social que es injusta, sexista y discriminatoria y estamos eligiendo presentarnos ante el mundo sin necesidad de utilizar ni una, ni dos, ni mil palabras. Y tú… ¿con qué imagen te quedas?

Kirtan